viernes, 30 de diciembre de 2011

Santander, eres novia del mar

Portus Victoriae era el nombre que los romanos daban a la actual capital cántabra. Más de dos siglos de historia de un puerto bañado por un gran estuario, del que dicen, ser el más grande de todo el Cantábrico: la bahía de Santander. Su fundación, es fruto de las ansias de conquista y expansión de la civilización que mayor impronta ha dejado en nuestra cultura: la romana. La larga guerra que se venía dando con las tribus cántabras, agazapadas en la cordillera Cantábrica era un quebradero de cabeza para el emperador Octavio Augusto, convirtiéndose en un tema de Estado muy importante en las sesiones del SPQR (el Senado romano). Tanto así, que uno de los primeros 'invitados de Honor' a la ciudad fue el mismísimo emperador, que enamorado del lugar, dirigió sus tropas hasta la derrota de las tribus cántabras y la victoria de las huestes imperiales, lo que daría con la conversión de la península Ibérica en la provincia más apreciada de todo el imperio Romano: Hispania.



La historia siempre ha ido unida a esta ciudad, que aunque en el norte de la geografía española, tiene una orientación meridional, hacia su bahía, que culmina en un magnífico parador a 570 metros de altura, llamado Peña Cabarga. Una inmensa mole de hierro, y que de sus entrañas se ha extraído el mineral rojo por siglos. Un mineral que tenía como punto de despedida el puerto de Santander, eje de dinamización económico, social y cultural de la que por mucho tiempo fue el último lugar de España que veían los emigrantes en los trasatlánticos que partíeron durante casi dos siglos a México, Cuba y Venezuela, principalmente.

Muchos cántabros, o montañeses, como nos autodenominanos y nos señalan popularmente, emigraron a un continente lleno de recursos: América, y muchos de ellos durante el siglo XIX y XX regresaron por todo lo alto. Eran los indianos. Embellecieron Santander y toda La Montaña, que es como se llama cariñosamente a la querida Tierruca: Cantabria. Palacetes y casonas (construcción popular señorial) de nueva planta, empezaron a poblar una zona casi sin poblar y puerta de entrada para los barcos a Santander: El Sardinero.

El barrio de El Sardinero es quizá el barrio más conocido de Santander. Es el barrio noble de la ciudad. Un lugar que aún tiene en sus calles ajardinadas, con muros de piedra y blasones familiares el aroma de un tiempo de oro: La Restauración. Un tiempo en que el barrio y la ciudad entera, se vestían de gala todos los veranos para recibir a la Familia Real, a la nobleza, al Gobierno, sirviendo como centro de la Alta Sociedad, como lugar idóneo para los negocios al tiempo que se disfrutaba de los Baños de Ola (desde 1852), un puerto de recepción de reyes, emperadores, presidentes, grandes duques, príncipes...que venían a despachar con el Rey de España, Alfonso XIII, enamorado de la ciudad que le regaló en 1908 un promontorio frente a la bahía el que años más tarde sería el símbolo de la ciudad: el Palacio de La Magdalena.



Un incendio, en febrero de 1941, destruyó gran parte de la ciudad. Su alma permaneció y su deseo de sobrevivir y hacerse valer aún más. Un hecho que hace más bella a la ciudad, que como el Ave Fénix, resurgió de sus cenizas y creo en varios de sus barrios un nuevo Santander de gran belleza, distinta a la época anterior al incendio, pero de gran belleza, que tiene doble mérito si recordamos que ocurrió en un tiempo de escasez de todo en España: la postguerra.

El reflejo en la bahía de los parisinos palacetes de miradores blancos convierten a Santander en esa novia del mar, que en tantas canciones ha sido recordado. Gerardo Diego Diego decía al sentir el viento sur, un fenómeno meteorológico de la cornisa cantánrica que le parecía estar en mil sitios al tiempo cuando se sentaba en la Plaza de Pombo, y es que la arquitectura clásica de estilo imperial de la ciudad, las palmeras de sus parques y fincas, traídas por los indianos de América y esa temperatura especial junto a la cristalina bahía, nos hace dudar del lugar en el que estamos, y que nos traslada.

1 comentario:

  1. Muy buen blog sobre nuestra ciudad y sobre nuestra historia. Una dilatada historia que no siempre es conocida y que es digna de contar y conocer. Una gran ciudad, unas grandes gentes y una gran historia. Felicidades por el blog, ya que pocos son los que relatan de una forma tan buena lo que hemos sido y lo que somos. Felicidades!.

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